
En los días previos a las elecciones del próximo domingo 28 de mayo, tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil están investigando una trama relacionada con la compra de votos, lo que plantea sospechas de un posible intento de manipular los resultados de los comicios. Hasta el momento, se ha detenido a nueve personas que han sido puestas en libertad provisional, y se han llevado a cabo once registros, incluyendo una oficina de la Coalición por Melilla, liderada por Mustafá Aberchán. Desde Marruecos, con un claro interés en el futuro político de esta ciudad española, siguen de cerca el caso, repitiendo incansablemente la afirmación de que «Melilla es una ciudad ocupada», según los medios marroquíes.
En Melilla, un total de 11,707 personas han solicitado el voto por correo de cara a las próximas elecciones del 28 de mayo. Mientras tanto, se investiga una presunta trama vinculada a la compra de apoyos electorales a cambio de sumas que oscilan entre los 50 y 200 euros. La polémica en torno a este tema ha sido el eje principal de la campaña en la ciudad autónoma, y también ha generado atención en Marruecos, cuyas reclamaciones sobre este territorio y Ceuta son recurrentes.
A pesar de la actual buena relación diplomática entre Madrid y Rabat tras el reconocimiento del Gobierno de Pedro Sánchez de los planes de soberanía de Mohamed VI sobre el Sáhara, las reivindicaciones marroquíes sobre Ceuta y Melilla siguen siendo constantes. Marruecos describió a Melilla como un «presidio ocupado» en un escrito dirigido a las Naciones Unidas, argumentando que no hay fronteras físicas entre ambos países.
Este mismo calificativo es utilizado actualmente por los medios de comunicación marroquíes al referirse a Melilla y para informar sobre la polémica relacionada con la trama de compra de votos en la ciudad autónoma. El sitio web Hespress, el más popular de Marruecos, hace referencia a la reciente visita del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a «la ciudad ocupada de Melilla».